domingo, 8 de noviembre de 2015

El aroma a cuero en los vinos

Puede que sorprenda el dibujo pintado a vino que muestro en esta ocasión o tal vez os de una pista sobre el tema del que se va a hablar en esta entrada…


Existe una pequeña levadura que tiene la posibilidad de formar filamentos, gracias a estos,  a su pequeño tamaño y con el principal objetivo de sobrevivir, es capaz de agarrarse a la vida en pequeñas grietas de madera y otras superficies.

En las bodegas se pueden detectar en mangas, grifos y otras superficies además de descubrirlas en las grietas y los poros de estructuras y suelos de madera. Estas levaduras no se olvidan de las preciadas barricas de madera de roble, esas que doman al vino y le permiten aumentar su capacidad de vida.

Una de las etapas donde estas levaduras pueden campar a sus anchas si no se toman medidas adecuadas es en la crianza en barrica de los vinos. Utilizando los ácidos p-cumáricos y ferúlicos dan lugar a los famosos etil fenoles (4-ethyl phenol y 4-ethyl guaïacol. Si a estos se les une, la presencia de ácido isovalérico –También producido por esta  levadura-, el aroma del vino se va al traste.

En otras palabras, estas levaduras hacen que se enmascaren los aromas frutales de los vinos y producen compuestos que dan lugar a aromas poco agradables.

Esta “peligrosa” levadura que se ensaña con los aromas que tanto ha costado mantener en un vino es conocida como Bretanomyces y su forma esporulada se llama Dekkera.

¿Qué relación tiene Bretanomyces con el noble caballo que podéis ver en esta ocasión?

Los aromas que encontramos en un vino cuando Bretanomyces lo ha modificado son los aromas a sudor de caballo o cuero además de aromas a cuadra y establo, estos últimos son aromas muy desagradables y considerados como “sucios”.

Hay grandes diferencias entre los aromas a cuero y los aromas a cuadra, además es un tema muy debatido. En un futuro se ampliará en el blog la información sobre Brettanmyces-Dekkera.