Si habéis leído
la presentación del blog ya sabréis que voy a intentar fundir el mundo de la
enología y la viticultura con el de la pintura.
Mis orígenes en
el mundo de la pintura son muy recientes. A pesar de que siempre he dibujado y
pintado mucho en casa –siendo los lápices, rotuladores y folios unos juguetes
más para mí–, nunca he ido a ningún sitio donde me guiaran a la hora de pintar
y dibujar.
Cuando comencé a
estudiar en la universidad abandoné por completo la idea de dibujar y pintar,
aunque fuera solo por mi cuenta.
No fue hasta el
pasado curso 2013-2014 cuando comencé a ir a clases de pintura y dibujo,
quedándome totalmente atrapada en este mundillo.
Voy aprendiendo
poco a poco pero de forma constante gracias a mi profesora de pintura María.
El primer trabajo
que os traigo es uno de los cuadros que he hecho en estas clases. Se trata de
un díptico pintado a acrílico.
Así que una vez
tenía la fotografía, ¡me puse manos a la obra!
En primer lugar
situé todas las bayas en los lienzos ayudándome de una cuadrícula. Con ello me
aseguré de que las dibujaba de una manera proporcional a la imagen original.
Sé que esta
primera vista del cuadro no impresiona demasiado, pero es un momento
fundamental, ya que facilitará muchísimo el trabajo una vez se comience a
pintar.
Aquí podéis ver
el cuadro con una primera capa de pintura. Como podéis ver el cuadro ya ha
cogido forma y todas las bayas están manchadas.
Y por último,
aquí tenéis el cuadro terminado. No os voy a engañar, la verdad es que me ha
encantado el resultado final, sobre todo el volumen de las bayas de la parte
superior izquierda.
Espero que os
guste, en la próxima entrada os enseñaré mi primer experimento de pintura con
vino.