Las barricas antiguamente se utilizaban para transportar y
almacenar el vino, pero actualmente se consideran un instrumento para hacer
evolucionar el vino de forma positiva. En la crianza del vino se produce un
aporte de oxígeno y se influye en la trasformación de los polifenoles de este,
además la madera de las barricas cede sustancias aromáticas y gustativas.
A la hora de fabricar una barrica se utiliza principalmente
la madera de roble. Esta posee propiedades físicas idóneas para la fabricación
de las barricas y para envejecer los vinos, su influencia en el vino dependerá
del trato de la madera en la tonelería, la especie de roble y su cultivo.
Al pensar en tipos de roble empleados en enología el roble
francés y el roble americano son los más conocidos. Aunque hay
muchas especies utilizadas en la fabricación de barricas, Quercus
petraea, Quercus robur y Quercus alba son las especies de roble utilizadas por
excelencia. Los dos primeros se cultivan principalmente en Francia y el último
se cultiva en Estados Unidos y parte de canadá.
He pintado con vino las tres especies de roble en cuestión,
para ello me he basado en las imágenes del libro -Elaboración y crianza delvino tinto: aspectos científicos y prácticos- de Fernando Zamora Marín, un
libro muy recomendable para indagar en los aspectos de la crianza del vino.
Como podéis apreciar, las dos especies de roble francés son
muy diferentes entre sí. Estas diferencias de deben al tipo de cultivo. El
Quercus petraea se cultiva en el centro de Francia mediante la técnica de “haute
futaie” o bosque alto de ahí que los árboles sean más delgados y altos,
obteniéndose madera menos porosa. Por otro lado el Quercus robur es cultivado
en la zona oeste del país en forma de bosque bajo o “taillis sous futaie”, como
resultado se obtienen árboles bajos y anchos con madera más porosa.
El Quercus alba se cultiva en la zona este de Estados Unidos,
donde destaca del resto de robles americanos por sus excelentes cualidades.