Existen dos copas muy típicas para beber champagne, la copa tipo flauta y
la copa Pompadour o copa baja.
Hay numerosas historias relacionadas con el origen de esta última, desde
que fue realizada basándose en un pecho de la reina María Antonieta, esposa del
guillotinado rey francés Luis XVI, hasta que este encargó estas copas con la
forma del pecho de su amante, Madame Pompadour, pasando por la teoría de que
fue el seno de Helena de Troya el modelo de este tipo de copa.
Existe una teoría en cuanto a la incursión de esta copa en el consumo de
champagne.
Antiguamente el champagne era un vino turbio ya que no existía ninguna
forma de eliminar los sedimentos formados después de la segunda fermentación
del vino. Debido a esto, este vino se bebía en copas alargadas que facilitaban
la sedimentación de estos “turbios”.
Fue la revolucionaria del champagne Nicole Barbe Ponsardin, conocida como
la veuve Clicquot –actualmente una de lasmarcas de champagne con más prestigio– quien molesta por este aspecto descubrió que jugando con la
inclinación paulatina de las botellas en unos pupitres se conseguía acumular
todos esos sedimentos en el gollete de la botella. De esta forma era muy fácil
eliminarlos en el momento en el que se cambiaba el tapón de la botella.
Al ser un champagne que no necesitaba una copa donde acumular los
sedimentos, se presentó en copas no alargadas, presumiendo de la limpidez de
sus vinos.
Con esta historia en mente, se me ocurrió intentar pintar las copas que veis en la imagen anterior.
Espero que os gusten.